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Ahora ¨Flipper¨ nada en la Fiscalía

 

por Olbar Andrade

Quien por más de cinco años fue la mano derecha del presentador Fernando González Pacheco, en programas de televisión como Sabariedades o Siga la Pista, hoy funge como Fiscal en una Unidad de Reacción Inmediata (URI) de Bogotá.

José Delfín, con sus hijos. 

No es fácil llegar a su oficina en ¨Paloquemao¨, primero se superan dos controles de seguridad y luego una sala repleta de víctimas de todo tipo de delitos. Ellos deben esperar hasta 5 horas para interponer sus denuncias. Quizá por eso, muchos prefieren desistir. Al final del pasillo surge la otra cara de la moneda, los capturados, allí el ambiente se enrarece, hay personas con heridas recientes, moretones, raspaduras y sangre en sus prendas de vestir, que comparten una estrecha habitación con procesados por extorsión, violación y homicidio.

Al lado de ese drama humano, en una sencilla y pequeña oficina, que apenas cuenta con un computador y una antigua impresora de punto, está José Delfín Casas Garzón, nombre de pila, el que le puso su padre que también era músico. ¨Lo de ¨Flipper¨ fue una ocurrencia de Pacheco, quien relacionó mi nombre con el famoso programa de televisión de los años 70, en que un delfín hacía todo tipo de maravillas¨, dijo con voz pausada y acento neutro.

Sus 55 años le han pasado factura; no solo perdió el bigote; también el pelo y en la televisión se veía más alto, pero aún conserva la sonrisa pícara que hacía las delicias de su compañera de set, Nhora Perfecta Pereiro, ¨la modelo de modelos de los 80¨ como la calificó recientemente la Revista Soho.

¨Llevo la música en la sangre¨ dice con emoción y se sumerge en los recuerdos de su infancia, habla de la orquesta que conformó con sus hermanos, de cientos de presentaciones en fiestas y reuniones y del intento frustrado de obtener el título de profesional en música en la Universidad Nacional.

También menciona la década del ochenta y sus inicios como baterista en ¨Sabariedades¨ al lado de Pacheco, el más icónico de los presentadores de la televisión colombiana. ¨Cuando ingresé pensé que solamente tendría que tocar, pero no, él nos involucraba en el show y nos permitía nuestros cinco minutos de fama nacional. Era un jefe excelente, de una calidad humana única, un amigo¨, recuerda con nostalgia.

José Delfín no olvida, que su orquesta servía también de base a la presentación gratuita obligatoria, que debían hacer todos los artistas internacionales en ¨La Media Torta¨ y eso le permitió el lujo de interactuar con monstruos de la canción, como Camilo Sesto, Wilfrido Vargas y Paloma San Basilio, entre otros.

En el mismo programa de televisión conoció al ¨Gordo Benjumea¨ él lo llevó a trabajar en ¨La Casa del Gordo¨ su teatro restaurante, frecuentado por lo más selecto de la política nacional, pero también por los nuevos capos del narcotráfico, quienes ordenaban cerrar el local para quedarse con sus jóvenes acompañantes hasta que el cuerpo les aguantaba.

Cansado de esos excesos renunció al restaurante, lo que coincidió con la finalización del programa de televisión. Como ya tenía tres hijos y deseaba darles un mejor futuro, ingresó a estudiar Derecho en la Universidad Católica de Colombia, pero aún alternaba sus clases con el nuevo trabajo en el bar ¨La Parrilla Show¨, del municipio de la Calera.

Fueron días difíciles para él, casi siempre llegaba a la casa a las 4:30 a.m. y una hora después tenía que salir para la universidad. Por ello aprovechaba los descansos entre clases, para dormir sobre la taza del baño, hasta que sus compañeros lo descubrieron y le lanzaron un baldado de agua encima y así le quitaron la costumbre.

En 1997 y ya graduado como abogado, se presentó a un concurso en la Fiscalía General de la Nación y desde entonces trabaja para la entidad. Es técnico grado cuatro, pero las más de las veces ejerce como fiscal local, en las Unidades de Reacción Inmediata URIS de Bogotá, allí ordena allanamientos, legaliza capturas y pide medidas de aseguramiento, contra todo tipo de infractores de la Ley, siempre en pro de un equilibrio entre el hacinamiento carcelario y el clamor social de ver a todos los procesados presos.

Pero no deja de insistir en que la música es su vida y nunca la abandonará. Tiene una orquesta con sus hijos y los fines de semana están disponibles para presentaciones en fiestas y reuniones; claro, siempre y cuando no interfiera en su trabajo como fiscal.

Son Callejero, el primero a la derecha  

Últimamente inclusive muestra su sensibilidad social, al tocar en la orquesta de salsa ¨Son Callejero¨ acompañado de Edgar Espinoza y otras glorias de la música tropical, que sucumbieron al consumo de estupefacientes. Ellos interpretan sus mejores canciones, mientras José Delfín les marca el ritmo con la batería. Pero además de apoyarlos con su talento, se dedica a escucharlos y aconsejarlos, aunque afirma con tristeza ¨siempre llegan con la misma ropa sucia que usan en la calle, cantan, reciben el dinero y salen como alma que lleva el diablo, directo para la ¨olla¨ a seguir consumiendo¨.

 

¡Déjenme salir!, grita alguien a todo pulmón en la sala de capturados y termina con la calma en la URI. ¨No se preocupe, es la loca de las piedras odia a las mujeres y las ataca sin motivo, debería estar en un centro psiquiátrico y no en la calle¨, dice con tranquilidad. ¨Aquí nos acostumbramos a todo, desde la mujer que viene a rogar por su marido, que horas antes la ha dejado casi muerta a golpes, o el locutor de radio que fue víctima del hurto de su celular en un bar gay, al parecer bajo los efectos de la escopolamina, hasta el llamado ¨Monstruo de Monserrate¨ y sus 16 víctimas mortales.¨

 

¨Para que negarlo, los fiscales tenemos el corazón endurecido a punta de golpes. Hace escasas semanas me dejé llevar por las lágrimas de un capturado y no solicité prisión preventiva. Tres días después el mismo individuo se acercó a mi carro, supuestamente vendiendo música, mientras otro golpeaba con fuerza la ventana opuesta, hechos idénticos a los denunciados en esa oportunidad por la víctima. Afortunadamente me quité la gorra, me reconoció y se fue, me salvé por poco, pero ahora aplico la ley sin contemplaciones¨, dice con resignación.

 

Está claro que ¨Flipper¨ no se ha ido y por mucho tiempo seguirá tocando en las fiestas y haciendo cantar en la Fiscalía.

 

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